Vivo en un país libre y seguro

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stp63889Esta tarde cuando intercambiaba con algunos colegas sobre la seguridad que se respira en las calles cubanas todos nos miramos en algún momento, sin proponérnoslo, y respiramos un orgullo y una tranquilidad enormes por vivir aquí, en Cuba.

Lo que digo no se trata de una retórica más sino de algo que en ocasiones pasa desapercibido precisamente porque estamos acostumbrados a salir de casa a cualquier hora y a dejar a los más pequeños en el círculo infantil o en la escuela sin temor a que los secuestren o a que otro niño u otra persona los ataque con un arma de fuego como sucede en otras realidades.

La conversación se generó a partir de las anécdotas de un familiar de una de mis compañeras quien tras varios años fuera de Cuba afirma que la seguridad que existe en la isla no se repite en otros lugares donde los asaltos, desparecidos y muertos son frecuentes y los tiroteos ocurren cuando menos se esperan. ¡Hasta en una peluquería alguien puede recibir un tiro sin deberla ni temerla, solo por el “desvío” de alguna bala”.

Yo les comenté sobre mi primo Alex, quien hacía tiempo quería probar suerte en otros lares y luego de dos años en República Dominicana regresó asombrado por la inseguridad de las calles allí mientras que aquí se siente “dueño de las noches”, como él mismo se tilda.

También está el caso de Osmani, el esposo de mi prima Tili, quien tras llegar a Estados Unidos, hace dos años también, ahora quiere regresar porque no concibe que su hijo esté expuesto a los tiroteos como los que ocurrieron cerca de su casa en Orlando.

Otra compañera contó cómo sus hermanas, quienes también viven en Estados Unidos, la critican todo el tiempo porque ella decidió permanecer en Cuba: “Nada compensa el hecho de que mi hija esté segura; de que no tenga que pagar el alquiler de un ómnibus escolar para que la lleve y la traiga todos los días al colegio porque exista el temor de que le ocurra algo en el camino si va sola, como ocurren allá. Aquí nos enfrentamos a dificultades., es cierto, allá también. Mi hermana es profesora y ara mantenerse ha tenido que cuidar a ancianos limpiar casas y hasta cuidar mascotas de personas ricas. Siempre le respondo que lo que llevo a mi mesa me lo como tranquila”, dijo enérgicamente.

No niego que en  Cuba ocurran hechos de violencia y agresiones algunas veces en el año pero esa no es la tendencia y por eso mismo nos asombramos tanto cuando sabemos de algún suceso.

A diferencia de México o Colombia aquí no hay estudiantes desparecidos ni periodistas asesinados en pleno ejercicio de su profesión, ni asaltos para privarte de tus órganos con fines lucrativos.

Vivimos libres y seguros y es esa una conquista bien ganada a la vista de todos. No caben dudas.

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