Fidel es Fidel

En Fidel la palabra imposible encontró su antónimo.
En Fidel la palabra imposible encontró su antónimo.

La jornada del 13 de agosto del 2016 resulta histórica, porque el cubano más universal de estos tiempos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cumple 90 años de fructífera vida en esta fecha.

Entrega y sacrificio han marcado la existencia de un hombre que renunció a las comodidades de su familia para dedicarse en cuerpo y en alma a la defensa de la soberanía de Cuba, pese a las miles de dificultades que tuvo que sortear: presidio, exilio y reveses que nunca lo desanimaron.

En Fidel la palabra imposible encontró su antónimo. Él demostró, y aún lo hace desde la sapiencia de sus nueve décadas, que con inteligencia, tesón y, sobre todo, con unidad, es posible lograr lo que para muchos pueden resultar utopías.

No faltaron quienes lo tildaron de soñador, los que lo amenazaron, ni los que en más de 600 ocasiones intentaron asesinarlo; pero él siguió firme como el caguairán en la marcha indetenible de la Revolución cubana, el proyecto más justo y humanitario que jamás se haya conocido en el hemisferio occidental.

En Camagüey, como en toda la geografía cubana, el fruto de esa obra extraordinaria resulta más que palpable, y para orgullo de los agramontinos el Comandante en Jefe estuvo personalmente en esta legendaria tierra unas 60 veces, incluso almorzó aquí, en la antigua fonda  Los Venaditos, el 25 de julio de 1953, cuando sólo faltaban horas para que asaltara el cuartel Moncada en Santiago de Cuba.

En los camagüeyanos siempre confió Fidel, y por eso, ante traidoras conjuras contra la Revolución nunca dudó del apoyo de los agramontinos, tal y como se lo demostramos con lealtad incondicional.

Igualmente, le dijimos: Comandante en Jefe, ordene, cuando el ataque mercenario por Playa Girón; en la misión internacionalista en Angola; en la convocatoria para acudir a otras tierras hermanas con el objetivo de salvar vidas o para enseñar a leer y a escribir.

Y es que Camagüey se ha ganado el mérito de estar siempre en Fidel: fue esta la primera provincia en fundar un periódico, luego del triunfo del 1ro de enero de enero de 1959; fue aquí donde nació la Columna Juvenil del Centenario, como importante fuerza productiva y antecedente del Ejército Juvenil del Trabajo, y fue aquí donde abrió la primera Universidad creada por la Revolución, por citar algunos ejemplos.

La impronta del Comandante en Jefe está en el polo industrial de Nuevitas; en la fábrica de cerveza Tínima, en los hospitales clínico quirúrgico “Amalia Simoni” y pediátrico “Eduardo Agramonte Piña”; en el hoy centro mixto “Máximo Gómez Báez”, nacido como escuela vocacional y devenido luego Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas; en fin, en decenas obras sociales y económicas inauguradas personalmente por Fidel como expresión de la importancia que revestían y aún tienen para el país.

Esos sueños, convertidos en realidad, se multiplican en la tierra de Agramonte, como confirman las mil obras sociales impulsadas solamente este año en toda la provincia: escuelas que se reparan; remozados hospitales y consultorios médicos, atractivos centros para la recreación, reanimados mercados agropecuarios, electrificación de polos productivos y  mayor número de áreas deportivas.

Es esa, en definitiva, una extensión del programa del Moncada planteado por Fidel en 1953.

Los tiempos que vivimos en este instante son difíciles desde el punto de vista económico, como explicó en la más reciente sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) el presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Raúl Castro.

Las actuales circunstancias obligan a una mayor racionalidad en el empleo de los recursos y a acudir, una vez más, a las enseñanzas legadas por Fidel, quien ha demostrado que la palabra rendición no existe para el pueblo cubano.

Por eso, en este cumpleaños 90 del líder de la Revolución, el mejor regalo es honrarlo cumpliendo con lo que nos convocó en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, y perfeccionar lo que debamos, con lealtad meridiana y la fuerza unida, en marcha indetenible.